domingo, 30 de septiembre de 2007

Efemérides olvidada

Truman Capote: Retrato de un genio


“Soy un autor completamente horizontal. No puedo pensar a menos que esté acostado, ya sea en la cama o en un diván y con un cigarrillo y un café a la mano. Tengo que estar chupando y sorbiendo”. Con esta frase Truman Capote describe parte de su faceta como escritor. Un hombre de humor refinado, sociable, amable con sus amigos, fumador, amante del café y el whisky escocés Justerbine & Brooks (J&B).Truman García Capote nació un 30 de septiembre de 1924 en Nueva Orleáns. Creció en las granjas del sur de su tierra natal, en medio de un clima conflictivo a causa de los problemas raciales que acarreaba vivir en los estados sureños, ya que era el lugar donde el Ku Klux Klan (KKK), una organización antisemita, era más poderoso. En su adolescencia estudió en la escuela de Greenwich, Connecticut. Desempeñó diversos trabajos como lector de guiones cinematográficos, oficinista en la redacción de The New Yorker, entre otros. A los diecinueve anos ganó un Premio O. Henry con su cuento "Miriam", y en 1948 obtuvo otro por Shut a Final Door, ("Cierra una última puerta"). La casa editora Random House publicó una colección de sus cuentos A Tree of Night (Un árbol de noche) en 1949. Cuando trabajaba en el “New Yorker”, con destino incierto; sus jefes lo catalogaban como un “enano vanidoso” que se paseaba por las oficinas de la revista sin poder colocar ninguno de sus cuentos. Seis meses después Capote se transformaría en el flamante joven escritor, ya que entre enero y octubre de 1945 publicó en la revista “Mademoiselle”, un relato llamado “Miriam”, una historia de una niña que vampiriza y asesina a una anciana viuda. No solo sorprendió a los lectores la sombría temática de Capote, sino también la edad que tenía en ese momento, 21 años. 1948 fue un gran año. Fue cuando Capote logró publicar su primera novela “Otras voces, otros ámbitos”. Una novela con elementos de la tradición gótica de los estados sureños de Norteamérica, sitio donde él nació. Tiempo después llegaron las críticas y opiniones, entre ellas la del argentino Carlos Baker, que dijo: “Capote sabe que, en una de las condiciones del espíritu humano, el sonido de una voz puede marcar toda una época, y la intuición de algo o de alguien que respira al otro lado de la pared en una habitación contigua puede llevar a quien lo escucha al borde del cataclismo." En 1957 Capote viajó a Tokio, Japón, para conocer y entrevistar exclusivamente a Marlon Brando para poder realizar una excelente producción literaria, gracias a su memoria que “grabó” toda la charla y plasmó todos los textuales que Brando dijo durante una entrevista que superó las cinco horas. Un año después Capote publicó “Desayuno en Tiffany’s”, y según él, con esa novela, cerró su segundo ciclo narrativo. Pero en 1959 un hecho cambiaría la vida de Capote por completo. Una tarde de noviembre de dicho año, Capote estaba en su oficina leyendo el New York Times y encontró una columna con este titular: "Rico agricultor y tres miembros de su familia asesinados". El 16 de Noviembre de 1959 comenzó una nueva etapa para Truman Capote, una etapa de la que no saldría indemne. Seis años le costó a Truman Capote escribir el trágico asesinato del estanciero Herbert Clutter y la historia de sus asesinos, Dick Hickock y Perry Smith. Su investigación fue exhaustiva: realizó decenas de entrevistas, se basó en más de 6 mil notas de página, conversaciones con psiquiatras, recortes de diarios e informes de prensa. De toda la información recopilada, Capote solamente utilizó un 20 por ciento. Luego de escribir “A sangre fría”, Capote ya no fue el mismo. Entró en un laberinto de drogas, alcohol y fármacos. “ A sangre fría me chupó hasta la médula y acabó conmigo”, dijo Capote en una entrevista que le realizaron luego de publicar el mayor éxito de su carrera literaria. La causa de la depresión de Capote, se debió a que él había estrechado una relación con uno de los asesinos, Perry Smith, ya que encontraban similitudes en sus historias familiares, principalmente en sus infancias, y el día que fue ajusticiado Smith, Capote cegó su mundo y ya no sería el Truman de la década del 50. Transcurría el año 1980 y Capote atravesó una desintoxicación que le podría haber costado la vida. Milagrosamente se salvó y pudo finalizar los textos de “Música para camaleones”. Cuatro años más tarde, el 23 de agosto de 1984, un mes antes de cumplir 60 muerió por una intoxicación múltiple. Un escritor que siempre estuvo en búsqueda de nuevos caminos, que se compenetró en una historia de no ficción, y que cualquiera pagaría por ser simplemente, un personaje de sus historias.
Nadir

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